Programa completo con todas las entrevistas a las personalidades que nos han visitado y las noticias sobre las actividades de esta semana, que cada año se preparan con toda la ilusión por ofrecernos otra mirada, otra forma de aprender sobre lo que es importante en nuestro crecimiento como personas.
Gracias a los coordinadores de la Semana de la Igualdad (Cristina Sánchez y Alejandro Albaladejo), al equipo de periodistas de la Radio Fuente Alta (Mª José Borrego, Andrea Carretero, Antonio Corbacho, Alejandra y Paula Garzón, María Rodríguez y Lucía Ruiz), y al coordinador del grupo de trabajo de la radio y editor del programa, Jorge González.
Este tiempo que nos ha tocado vivir ha transformado nuestros hábitos, nuestras certezas, nuestros paisajes y muchas cosas más, y ha dejado huellas en todas y todos nosotros, algunas más visibles que otras.
Pero también nos ha enseñado algo: cuánto nos necesitamos los unos a los otros, qué importantes son las amigas, los amigos, la familia. Seguramente no hayamos echado de menos durante el confinamiento nada tanto como estar juntos, necesitábamos las risas, las bromas, el deporte con los demás, los paseos recogiendo a unas y otros en sus casas, el bullicio de la plaza. Nos volvimos imprescindibles sin darnos cuenta, necesarios para los demás. Porque cada vez que alguien nos llamaba, nos enviaba un mensaje, un meme, una canción descubierta, rompía un poco esa oscuridad y ese silencio en el que nos encontrábamos.
Nos volvimos imprescindibles, como deberíamos ser siempre. Y también nos dedicamos a nosotros mismos. Ahora estábamos solas y solos, podíamos pintarnos las uñas de negro sin que los colegas dijeran nada, o bailar en el cuarto canciones que jamás confesaríamos escuchar, ya no había que plancharse el pelo, o pensar en la ropa: confinados en nuestras casas podíamos ser quienes quisiéramos ser. Porque en esos días cuidarse tenía mucho que ver con ser una misma, con ser uno mismo, con dejar de responder a las etiquetas con las que los demás nos identifican, con dejarse ser.
Necesitamos a los demás y, a la vez, queremos liberarnos de sus etiquetas, parece una paradoja que nos debería hacer pensar ¿Podemos estar juntos, estudiar, trabajar o divertirnos respetándonos? ¿Podemos aceptar que somos diferentes, y que esa diferencia nos enriquece? ¿Entendemos qué pensar igual, vestir igual y tener las mismas aficiones no nos hace mejores ni más inteligentes? De hecho hace falta ser valiente de verdad para enfrentarnos a los demás, para ser exactamente como queremos ser. Hace falta un valor que no tiene que ver con los músculos y la fuerza, uno que sólo se ve cuando miramos a los ojos.
Dejemos de intentar que los demás sean como nosotros para poder aceptarlos, dejemos de poner etiquetas, esas que no soportamos cuando nos las ponen a nosotros, y bailemos juntos. Cada uno escuchando su propia música.
Trabajo realizado por Silvia Suárez, Cristina Sánchez y alumnas de los cursos de 1º y 2º de Bachillerato, con el texto de Alejandro Albaladejo.
MANIFIESTO:
25 NOVIEMBRE 2020
La verdad vive malos tiempos. Internet se ha
convertido en el lugar donde CUALQUIERA puede decir CUALQUIER COSA sin
necesidad de demostrarlo, apoyándose en un
tweet, en un vídeo grabado por alguien, en una imagen que circula por
las redes… Se defiende que la tierra es plana o que no se llegó a la luna, pese
a las pruebas comprobadas, publicadas y analizadas una y otra vez, se dice que el cambio climático no existe aunque
más de cien premios Nobel hayan escrito un documento que lo demuestra, que las
vacunas son malas, aunque las grandes mortandades hayan acabado en los países
donde se aplican, o que el coronavirus es una creación de las empresas
farmacéuticas, o de personajes malignos que buscan controlarnos introduciéndonos
chips mediante las vacunas.
Si cosas tan evidentes son puestas en duda ¿Qué podemos esperar que ocurra con la
violencia de género? Lo mismo: gente afirmando que no es verdad, que la
mayoría de las denuncias son falsas, que se inflan los datos, que la mujer no
está discriminada, o que lo de la “manada” tampoco fue como lo cuentan….
Si quienes niegan la Violencia de Género
quisieran escucharnos podíamos hablarles de lo que ocurre en el mundo, de los
200 millones de mujeres que han sufrido ablación del clítoris según la
Organización Mundial de la Salud, de los 12 millones de niñas obligadas a
casarse cada año según UNICEF, o de los
15 millones de niñas que quedan cada año sin escolarizar encargadas de sus
hermanos, de la casa, de ir a por agua según UNICEF. O de los casi 7 millones
de niñas desaparecidas en la India según el censo de 2011, asesinadas,
vendidas, secuestradas…
Sirealmentequisieran escucharnos y
conocer la realidadpodríamos decirles
que se fijaran en nuestro país, donde el Ministerio del Interior señala en su
informedel 2019 un aumento en un 31% de
las agresiones sexuales en España. O cómo según el InstitutoNacional de Estadística de las 31911
denuncias por violencia de género31805
fueron hombres los denunciados, siendo un 0,4% las denuncias hacia mujeres, de
las cuales muchas se desestimaron, oque
el pasado año las llamadas al teléfono de ayuda a la mujer sumaron más de
70.000. Porque la verdad no está
escondida, está al alcance de un clic.
No importa. Dejémosles
en su ignorancia y mientras aprendamos. Todos. Las chicas no olvidéis que nadie
tiene derecho sobre vosotras en nombre de un supuesto amor, que si vuestros
gustos y vuestros intereses no son importantes para alguien, esa persona,
aunque os diga que os quiere, no puede ser importante para vosotras, que
vuestro espacio en las redes es vuestro, que los celos son una muestra de
inseguridad no de amor, que aceptar un grito, un insulto, un menosprecio, es
bajar un escalón de una escalera que cuesta mucho trabajo volver a subir.
Y los chicos recordad que querer a alguien no
es tener derecho sobre ella, que os
gustó como era, con sus amigas y amigos, con sus respuestas, con su ropa y su
risa, y querer cambiar eso es de tontos.
Que el miedo no es excusa para el control o la violencia, y sobre todo, que
debemos dar aquello que queremos que nos den,
cuidado, afecto, espacio y comprensión.
Ya lo hemos dicho, pusimos el pie en la Luna ¿No vamos a ser capaces de
cambiar entre todos y todas este mundo?
El orgullo nos desborda: seguimos recibiendo valiosas aportaciones de nuestro alumnado de otros años, todas igual de valiosas porque sabemos que se hacen desde la emoción de poder participar en el crecimiento de algo que te ayudó a crecer, o al menos, así nos gusta verlo.
Este cartel, por tanto, es doblemente preciado: por el mensaje valiente, actual y tolerante que transmite a nuestro alumnado y a nuestra comunidad; y por ser una muestra más de que el trabajo que hacemos tiene sus frutos, de que ellas y ellos aprenden el peso de los valores que intentamos transmitirles.
Este cartel habla de elecciones: las que ellos y ellas tienen que hacer cada día. La preocupación de sus familias y de sus educadores es que tengan las herramientas adecuadas para elegir lo más acertadamente posible, de manera que nuestra sociedad consiga crecer en valores de respeto y civismo, aportando soluciones que incluyan a los desfavorecidos, a las olvidadas, a los diferentes, a las invisibles...una sociedad que consiga obviar las etiquetas que nos diferencian y fijarse en los atributos que nos asemejan.
Pero este cartel habla también de miradas: inocentes, rebeldes y curiosas, como las de nuestro alumnado. Si hemos podido guiar esas miradas en la dirección de las otras miradas con las que se cruzarán durante su camino, desde el respeto, es que algo estamos haciendo bien... Si no, seguiremos intentándolo juntas, juntos.
Bienvenidos a la XVI Semana de la Igualdad del IES Fuente Alta